Trastorno de ansiedad social

Si sientes inseguridad en situaciones sociales de tu vida cotidiana, temes que los demás te juzguen o evitas conocer gente nueva, es posible que sufras un trastorno de ansiedad social o fobia social. En este artículo vas a descubrir cuáles son los síntomas característicos del trastorno de ansiedad social (o fobia social), qué tipos de ansiedad social existen y cómo se pueden tratar.

Tabla de contenidos

1.¿Qué es el trastorno de ansiedad social?

El trastorno de ansiedad social o fobia social es un miedo intenso y duradero a ser observado y juzgado por otras personas. Ese temor puede llegar a impedir que hagas nuevos amigos o conservarlos y afectar a varias áreas de tu vida, como el trabajo, el colegio y otras actividades.

El trastorno de ansiedad social en adultos puede conllevar aislamiento social y, a su vez, derivar en otras alteraciones como depresión, falta de autoestima, adicción a sustancias y otro tipo de fobias que tienen que ver con las relaciones interpersonales.

Por otra parte, podemos detectar el trastorno de ansiedad social en adolescentes cuando evitan eventos sociales donde pueden sentir vergüenza o humillación. Si se ven obligados a acudir, magnifican la situación, muestran necesidad de privacidad y presentan alteraciones en su estado de ánimo y en el control de sus impulsos.

Finalmente, el trastorno de ansiedad social en niños puede hacerse visible cuando interactúan con otros niños o con adultos a través del llanto y las rabietas, así como aferrándose a los padres o negándose a hablar. A continuación vamos a ver con más detalle los síntomas del trastorno de ansiedad social.

2. Cómo saber si tengo ansiedad social

¿Quieres saber cómo identificar la ansiedad social porque tú o alguien que conoces puede sufrirla? Uno de los principales síntomas de la ansiedad social es la evitación de situaciones sociales cotidianas. Si padeces un trastorno por ansiedad social, es probable que evites interactuar con desconocidos, tener citas, acudir a fiestas o reuniones, incluso ir al trabajo o a estudiar. También es posible que evites el contacto visual, iniciar conversaciones, devolver un producto a una tienda, entrar en un lugar donde hay gente ya sentada, comer delante de otras personas o usar un baño público. Asimismo, existen otros síntomas característicos del trastorno de ansiedad social. Por un lado, encontramos los síntomas físicos:
  • Rubor o enrojecimiento.
  • Palpitaciones.
  • Temblores.
  • Tensión muscular.
  • Sudoración.
  • Malestar en el estómago o náuseas.
  • Dificultad para respirar. Mareos, aturdimiento, bloqueo.
Por otro lado, encontramos los síntomas emocionales y cognitivos:
  • Miedo a sentirte avergonzado, juzgado o humillado
  • Miedo a sentirte incómodo debido a tus síntomas de ansiedad
  • Miedo a que los demás noten tu ansiedad a través de tus síntomas físicos
  • Miedo anticipatorio, antes de enfrentar una situación estresante
  • Analizar tu comportamiento durante tus interacciones sociales y señalar tus fallos
Todos estos síntomas pueden variar con el tiempo y aumentar ante algunas situaciones sociales que no puedas evitar.

3. Cómo se origina la ansiedad social

Podemos distinguir entre dos tipos de ansiedad social: no generalizado y generalizado.

El trastorno de ansiedad no generalizado es un temor que aparece en una o pocas situaciones. Suele darse en actividades poco frecuentes, que poca gente realiza y, por lo tanto, suelen ser más fáciles de evitar. Un ejemplo sería dar una conferencia ante un gran número de personas. El tipo no generalizado aparece en torno a los 10 años de edad y se asocia a experiencias traumáticas pasadas.

En cambio, el trastorno de ansiedad generalizado es severo. El temor aparece en la mayoría de situaciones sociales y puede resultar invalidante para las actividades cotidianas. El mas mínimo contacto social, como una mirada o un saludo, puede generar ansiedad. Está asociado a la aparición de otros problemas emocionales, adicciones y problemas laborales o académicos. Suele comenzar temprano, en torno a los 6 años, donde destaca también la timidez y la conducta inhibida.

4. No quiero tener amigos, ¿Qué hago?

Tener amigos no es imprescindible para sobrevivir, pero sí nos aporta mayor calidad de vida y nos ayuda a conseguir la felicidad. Las personas somos seres sociales y nuestro cerebro necesita sentir las emociones positivas que se derivan de la interacción social, como la seguridad y la validación. El riesgo de no tener amigos es caer en la soledad y el aislamiento.

Hay estudios que demuestran que el aislamiento social prolongado afecta de forma negativa a nuestro estado físico, nuestro sistema nervioso y nuestra conducta, y puede ser desencadenante de enfermedades mentales. Si es tu caso, te animamos a que acudas a terapia para que consigas construir relaciones sociales satisfactorias y tengas con quién hablar, reír y compartir experiencias.

5. Cómo tratar la ansiedad social

¿Te gustaría saber cómo ayudar a una persona con ansiedad social?

No intentes que elimine su ansiedad diciéndole “cálmate”, “no temas” o “no es para ponerse así”. Al contrario, dale apoyo, escucha cómo se siente, sin menospreciar sus emociones ni juzgarlas, y anímale a acudir a terapia. Si en lugar de ser una persona de tu entorno, eres tú mismo, te recomendamos contactar con un psicólogo para que te enseñe cómo superar la ansiedad social. Gracias al tratamiento psicoterapéutico conseguirás mejorar tu desempeño en tus actividades sociales y mejorarás tu calidad de vida.

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