Trastorno de apego reactivo
¿Has oído hablar del apego? Es el vínculo emocional que se crea entre un bebé y su cuidador principal en los primeros años de vida. En este sentido, en función de cómo sea esta etapa, el apego que desarrolle el niño será más o menos sólido y las relaciones que establecerá con los demás en el futuro serán más o menos estables.
Existen diferentes tipos de apego. En este artículo vas a descubrir en qué consiste el trastorno de apego reactivo (RAD, Reactive Attachment Disorder) y cómo afecta a niños, adolescentes y adultos.

1. Qué es el trastorno de apego reactivo (RAD)
- Ha tenido padres con pocas habilidades sociales o con dificultad para expresar sus emociones y sentimientos.
- Ha crecido en una familia desestructurada o un centro de menores.
- Ha sufrido violencia intrafamiliar o abuso sexual.
- Ha tenido diferentes cuidadores principales (por el tipo de custodia o cambios de centro).
2. Síntomas del trastorno de apego reactivo
- Problemas del estado de ánimo: miedo, tristeza, irritabilidad, incapacidad para sonreír, apatía.
- Dificultades en las relaciones sociales: aislamiento, no busca consuelo, no pide o no agradece la ayuda, observa sin interactuar, desinterés por jugar con otros, desconfianza o, por el contrario, exceso de familiaridad.
3. El trastorno de apego reactivo en niños
- No rechaza ni teme a los desconocidos.
- Se relaciona por igual con conocidos que con extraños.
- Muestra exceso de familiaridad.
- No suele buscar a su cuidador en situaciones de riesgo.
- Se muestra retraído y no reacciona a nivel social ni emocional.
- Muestra desconfianza, prefiere estar solo y no relacionarse con los demás.
- No establece ningún tipo de apego, ni busca consuelo ni se deja consolar.
- Tiene episodios frecuentes e inexplicables de irritabilidad, tristeza o miedo.
- Percibe el mundo como un lugar inseguro, impredecible y dañino.
- Está en alerta constante para evitar cualquier nueva agresión.
- Presenta conductas contradictorias y ambivalentes: acercamiento excesivo vs. alejamiento/odio o congelación.
- Usa la disociación como mecanismo de defensa: una parte de él odia a su cuidador cuando se enfada, otra le teme, y otra se acerca en exceso y le complace para sobrevivir, por ejemplo.
4. El trastorno de apego reactivo en adolescentes
- Excesiva confianza con extraños.
- Búsqueda constante de atención.
- Conducta inapropiada o infantil.
- Iniciar interacciones sociales y responder a ellas.
- Crear y mantener relaciones con adultos y otros adolescentes.
- Tolerar muestras físicas de afecto.
- Mantener un humor estable y escuchar sus emociones.
- Desconfía de las personas nuevas, porque teme que le hieran.
- Siente miedo de probar nuevas experiencias, por temor a equivocarse y sufrir de nuevo castigos o malos tratos.
- Presenta conductas ambivalentes y contradictorias en sus relaciones de amistad y
- de pareja: amor/odio, complacencia/enfado.
5. El trastorno de apego reactivo en adultos
- Vincularse de forma rápida e indiscriminada con otros.
- Sufrir dependencia emocional.
- Ser exigente en sus relaciones y se siente rechazado con facilidad.
- Tener relaciones de amistad y de pareja de poca duración.
- Desconfía del resto de personas.
- Tiende al aislamiento social.
- Piensa que los demás son egoístas y traicioneros.
- Tiene relaciones superficiales y de escaso compromiso.
- A veces tiene la necesidad de dependencia y cercanía en la pareja.
- Otras veces siente miedo o rechazo a las relaciones, y necesita alejarse, huir o evadirse de su pareja.
- Sufre miedo al abandono y a no ser correspondido.
- Es muy sensible a los problemas relacionados con el compromiso en la pareja.
- Tiene dificultades para establecer relaciones íntimas sólidas, transparentes y de confianza.
- No siente empatía ni es capaz de respetar los límites y los derechos de los demás, porque creció sin que a él se le respetaran y le parece algo normal.
6. Terapia para el trastorno de apego reactivo
Si te interesa saber cómo tratar el trastorno de apego reactivo, desde Isaac Díaz Psicología te recomendamos la psicoterapia individual y la terapia familiar.
El objetivo del tratamiento para el trastorno de apego reactivo es cambiar ciertas creencias, mejorar la autoestima y desarrollar las habilidades sociales de la persona para que cree vínculos más sanos.